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¿Qué es la Gestión del Patrimonio Cultural?

La Asociación Española de Gestores de Patrimonio Cultural define la Gestión de Patrimonio Cultural como "la eficiente administración de recursos (patrimoniales, humanos, económicos y de todo tipo) ordenada a la consecución de objetivos sociales que afecten al patrimonio cultural".

Igualmente, en nuestro Código Deontológico se destaca el principio ético de que "toda la actividad del Gestor de Patrimonio Cultural estará gobernada por un inmutable respeto hacia la significación histórica y estética y la integridad física de los elementos de Patrimonio Cultural cuya gestión se le confíe."

¿Qué es un Gestor del Patrimonio Cultural?
Un gestor en general no es sino un profesional que ha adquirido la metodología, las técnicas y los conocimientos adecuados para administrar eficientemente los recursos puestos a su disposición y ordenarlos a la consecución de los objetivos que se le hayan fijado previamente. Su currículo formativo corresponde al que se imparte en los estudios de dirección y administración de empresas, y su actividad concreta se resume en el conocido pentálogo de la dirección de empresas: "prever, organizar, mandar, coordinar, controlar".

¿Qué es, entonces, lo específico del Gestor de Patrimonio Cultural? El hecho de que el principal recurso que se le encomienda es un bien de patrimonio cultural (un yacimiento arqueológico, un museo, un recinto histórico, un castillo, una ruta cultural, etc.), y que, entre los objetivos que se le fijan, el principal, explícita o implícitamente, es la salvaguardia de la integridad de dicho bien.

Un restaurador de arte que se limita a ejercer su especialidad no es un gestor de patrimonio cultural, por buen restaurador que sea. Un restaurador de arte al frente de una empresa de restauración en la que tiene que dirigir personal, un departamento comercial, un departamento administrativo, diseñar una estrategia empresarial, etc., sí es un gestor de patrimonio cultural.

¿Qué formación debe tener un Gestor de Patrimonio Cultural?
El Gestor de Patrimonio Cultural necesita una amplia formación que va desde un profundo conocimiento específico del bien cultural que ha de gestionar hasta múltiples y variados conocimientos técnicos procedentes, unos del campo de la Dirección de Empresas, otros de la Gestión Pública, además de mucha imaginación y no poca creatividad.

¿Cómo podemos formar gestores de patrimonio cultural que tengan esta enorme, pero necesaria, pluridisciplinariedad? No es fácil.

Supongamos un gestor al frente de un yacimiento arqueológico que se pretende poner en valor, con una serie de recursos puetos a su disposición. Es lógico que debe comprender a fondo la problemática científica del yacimiento, y, para ello, nada mejor que ser arqueólogo él mismo. Pero además, el resto de los recursos que debe administrar convierten al yacimiento en una verdadera empresa: presupuesto económico, recursos humanos, edificios, equipo, marketing, obtención de recursos, canalización de las visitas protegiendo el yacimiento, etc. Debe, además, ser capaz de diseñar y poner en práctica proyectos adecuados a la consecución de objetivos. Debe conocer la legislación estatal, autonómica e internacional que afecte a su trabajo.

En resumen: debe ser un doble especialista. Por una parte, ha de tener una formación que le permita conocer a fondo el bien cultural que haya de gestionar. Por otra, ha de saber administrar eficientemente los otros recursos que se ponen a su disposición: personal, instalaciones, presupuesto, etc.

¿Por qué hay que gestionarel Patrimonio?
• Para evitar los peligros para la integridad física y estética del patrimonio que conlleva una mala gestión del mismo.
• Para obtener del Patrimonio rentabilidad social (cultural y económica) sin detrimento de su integridad
• Para evitar los peligros consustanciales a su utilización como recurso económico
• Para administrar adecuada y eficientemente los otros recursos, además de los patrimoniales, asociados a la conservación del patrimonio: recursos humanos, equipamiento, edificios, presupuesto, etc., que una sociedad moderna no se puede permitir derrochar.

¿Qué espera la sociedad de un buen Gestor del Patrimonio Cultural?
La sociedad actual pide al Gestor de Patrimonio Cultural que satisfaga una triple demanda.

En primer lugar, que preserve el elemento de patrimonio cuya gestión se le haya confiado. La conservación del Patrimonio Cultural es una conditio sine qua non que debe primar ante todo, ya que una mala gestión puede poner en peligro elementos de patrimonio que son por su propio carácter irrepetibles.

En segundo lugar, que optimice los recursos (humanos, económicos, materiales) que la sociedad ponga a su servicio. Es decir, que sea un eficiente administrador de esos recursos.

Y, en tercer lugar, que obtenga rentabilidad social, es decir, cultural, y (si ello forma parte de sus objetivos) también económica del bien patrimonial que se le haya confiado, que maximice sus recursos hasta el punto que sea compatible con la conservación del bien, que, debemos repetir, debe primar ante todo.

Para nuestra Asociación, que añade a los tres anteriores un componente ético, la Gestión del Patrimonio Cultural sólo es adecuada si cumple cuatro condiciones:

• Anteponer a toda otra consideración la integridad física y estética del bien cultural de que se trate
• Ser eficiente
• Ser socialmente útil
• Tener un gran componente ético

¿Qué es un comportamiento ético en el Gestor de Patrimonio Cultural?
El comportamiento ético de un gestor de patrimonio cultural incluye el cumplimiento de una serie de parámetros y conductas recogidos en el Código Deontológico de la Asociación Española de Gestores de Patrimonio Cultural.